Como país vencido de la Guerra, sufrió la ocupación decidida por los vencedores y estuvo en manos de las fuerzas norteamericanas dirigidas por el general Douglas Mac Arthur.
Según las potencias ocupantes, el objetivo de la ocupación era impedir
que Japón se convirtiera nuevamente en una amenaza para su seguridad:
- Se realizó la desmilitarización del país.
- Se cerraron las fabricas de material bélico.
- Se desmovilizó el ejército.
- En la nueva constitución se aprobó a la renuncia para siempre a la guerra y violencia como medio de solucionar disputas internacionales.
- Se juzgó a los principales dirigentes y se los condenó a muerte.
Mas tarde se estableció una nueva constitución en el año 1947, esta estableció una monarquía parlamentaria y la separación de los poderes. El Poder Legislativo en dos cámaras elegía al Primer Ministro del Poder Ejecutivo.
En lo que se refiere al comercio, EEUU se convirtió en el principal
cliente de Japón, con lo que hizo que su balanza comercial fuera
favorable y que más adelante llegara a invadir con sus productos los
mercados del mundo.
El impulso fundamental para el cual Japón logró este llamado Milagro provino de la guerra de Corea,
en la cual los Estados Unidos apoyaban la industria pesada, y
permitieron la rehabilitación de las personas comprometidas con el
antiguo régimen, incluyendo procesados como criminales de guerra reintegrados a la vida civil para ocupar cargos políticos o dirigir empresas. Se expulsó a los comunistas de los cargos administrativos, en la industria y enseñanza.
El Milagro Japones:
Se ha llamado milagro japonés al crecimiento económico vivido por el país desde los años 1960 hasta los años 1980, con un promedio del 10% durante los años 1960, un 5% en los años 1970 y una media del 4% en los años 1980.
El crecimiento redujo su marcha notablemente a finales de los ochenta
y durante la década de los noventa, en lo que se ha conocido como la década perdida, en gran parte debido al fracaso del Banco de Japón
de bajar las tasas de interés con la suficiente rapidez para
contrarrestar los efectos del colapso de la burbuja inmobiliaria sufrida
a finales de los años 1980. Algunos economistas piensan que a causa de
esto, Japón entró en una denominada trampa de la liquidez.
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