Después de la Primera Guerra Mundial
no parecía probable un enfrentamiento entre Japón, los Estados Unidos y
las naciones coloniales europeas, como potencias aliadas en el pasado
contra el colonialismo expansionista alemán en el Pacífico. Sin embargo, en 1922 los japoneses se sintieron ofendidos por el Tratado Naval de Washington, que limitaba el número de navíos
que podían poseer, y que aseguraba la primacía naval de las flotas
estadounidense y británica. Además, Japón se sentía agraviado por el
hecho de que las potencias europeas ocuparan territorios dentro de lo
que consideraba su esfera de influencia, por lo que en 1937 se tomó la decisión de invadir China, conflicto que duraría 8 años. El Príncipe Konoye fue nombrado Primer Ministro en 1940 e integró en su gabinete a Hideki Tōjō y Yōsuke Matsuoka, defensores acérrimos de la expansión de Japón por la fuerza. Para finales de ese mismo año, Japón firmó el Pacto Tripartito con Alemania e Italia, lo que alineaba a Japón con las «Potencias del Eje».
Con la clara intención de establecer la llamada «Gran Esfera de coprosperidad del este de Asia», en julio de 1941 Japón introdujo sus tropas en el sur de Indochina,
territorio controlado por Francia, por lo que Estados Unidos decidió
tomar represalias, las cuales consistieron en embargos comerciales y la
reducción del suministro de petróleo al país en un 90%. Debido a estas
sanciones, así como las impuestas por británicos y neerlandeses, el
comercio exterior de Japón disminuyó en un 75%.
El 5 de noviembre el Emperador Hirohito y el gobierno japonés decidieron declarar la guerra a los Estados Unidos si no se levantaba el embargo petrolero para finales de mes. El 7 de diciembre la Primera flota japonesa lanzó un ataque aéreo masivo sobre Pearl Harbor, por lo que al día siguiente, el 8 de diciembre, el Congreso de los Estados Unidos declaró la guerra a Japón como respuesta a la solicitud del presidente después del famoso discurso:
Ayer,
7 de diciembre de 1941 -una fecha que pervivirá en la infamia- los
Estados Unidos de América fueron atacados repentina y deliberadamente
por las fuerzas aéreas y navales del Imperio de Japón.
Franklin Delano Roosevelt
El ataque a Pearl Harbor (Oahu-Hawái) que fue dirigido contra
la Flota del Pacifico de la Armada de los Estados Unidos se llevó a
cabo tan sólo un día después de que el Presidente Roosevelt autorizara
un proyecto secreto conocido como Manhattan Engineering District, que finalmente se denominó Proyecto Manhattan. El almirante Isoroku Yamamoto planeó el ataque como el inicio de la Campaña del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial.
Él ataque destruyó 13 buques de guerra y 188 aeronaves, y mató a 2.403
militares y 68 ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, los tres
portaaviones estadounidenses de la Flota del Pacífico no estaban en el
puerto y por lo tanto no fueron atacados. La flota estadounidense en el
Pacífico tardó en recuperarse entre seis meses y un año. Los japoneses
perdieron 64 militares.
Después
del ataque, el presidente Franklin Delano Roosevelt declaró la guerra a
Japón, y cuatro días después, Hitler declaró la guerra a los Estados
Unidos. La opinión pública estadounidense vio el ataque como un acto de
traición, y la fuerza aislacionista perdió el apoyo popular, que se
volcó fuertemente a favor de la guerra contra las Potencias del Eje.
PROYECTO MANHATTAN
El
Proyecto Manhattan fue el nombre en clave de un proyecto científico
llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos
con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del
proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes de que la
Alemania nazi la consiguiera. La investigación científica fue dirigida
por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las
operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves.
El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación
siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan
situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los
Álamos.
El
proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas como
Robert Oppenheimer, Niels Böhr, Enrico Fermi, Ernest Lawrence, etc. Dado
que, tras los experimentos en Alemania previos a la guerra, se sabía
que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya
trabajando en su propio programa nuclear se reunieron varias mentes
brillantes que eran también pacifistas e izquierdistas en su mayoría.
Exiliados judíos muchos de ellos, hicieron causa común de la lucha
contra el fascismo aportando su grano de arena a la causa: conseguir la
bomba antes que los alemanes.
El
2 de agosto de 1939,15 Albert Einstein dirigió una carta al presidente
de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, reclamando su atención
sobre las investigaciones realizadas por los científicos Enrico Fermi y
Leó Szilárd, mediante las cuales el uranio podría convertirse en una
nueva e importante fuente de energía. En dicha carta además, explicó al
presidente la posibilidad de fabricar bombas sumamente potentes:
Recientes
trabajos realizados por Enrico Fermi y Leo Szilard, cuya versión
manuscrita ha llegado a mi conocimiento, me hacen suponer que el
elemento uranio puede convertirse en una nueva e importante fuente de
energía en un futuro inmediato [...] se ha abierto la posibilidad de
realizar una reacción nuclear en cadena en una amplia masa de uranio
mediante lo cual se generaría una gran cantidad de energía.
Este
nuevo fenómeno podría conducir a la fabricación de bombas y, aunque con
menos certeza, es probable que con este procedimiento se pueda
construir bombas de nuevo tipo y extremadamente potentes.
Carta de Einstein enviada al presidente Roosevelt.
En
respuesta a la advertencia, Roosevelt incrementó las investigaciones
acerca de las implicaciones en la seguridad nacional de la fisión
nuclear. Después de la detonación sobre Hiroshima, Einstein comentaría: "debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta a Roosevelt”.
Los
Estados Unidos, con la ayuda del Reino Unido y Canadá en sus
respectivos proyectos secretos «Tube Alloys» y «Chalk River
Laboratories»,diseñaron y fabricaron las primeras bombas atómicas bajo
lo que fue llamado «Proyecto Manhattan». La investigación científica fue
dirigida por el físico estadounidense Robert Oppenheimer. La bomba
atómica fue probada el 16 de julio de 1945,18 cerca de Alamogordo, Nuevo
México, en lo que se conoció como «Prueba Trinity». La bomba utilizada
en la prueba, llamada «gadget», causó una explosión cercana a la que
ocasionarían 20.000 toneladas de TNT, mucho mayor de la esperada
El
mayor problema que resolver para la construcción de una bomba atómica
fue la obtención de suficiente material fisible y de suficiente pureza.
El problema fue abordado simultáneamente por dos enfoques, los cuales se
encuentran representados en cada una de las dos armas desplegadas en
las ciudades japonesas.
La bomba de Hiroshima, Little Boy, estaba
basada en el isótopo de uranio U-235, un isótopo bastante raro que debe
ser separado del isótopo más común del uranio, el U-238 que no es
adecuado para la fabricación de bombas atómicas. La separación se llevó a
cabo en las instalaciones Oak Ridge utilizando principalmente el método
de difusión gaseosa de hexafloruro de uranio (UF6), y también otros
como el calutrón, que utiliza el principio de separación magnética en un
espectrómetro de masa; y la difusión térmica.
La bomba de Nagasaki, Fat Man,
en contraste utilizó el isótopo de plutonio Pu-239, el cuál es un
elemento sintético, pero más complicado en cuanto a su sistema de
detonación, la cual se inicia por medio de un dispositivo de implosión
que fue desarrollado durante el proyecto en las instalaciones de Los
Alamos.
Elección de los objetivos
Mapa que muestra las ubicaciones de Hiroshima y Nagasaki en Japón, lugares donde se usaron las bombas atómicas.
Los
días 10 y 11 de mayo el Comité para la elección de los objetivos en el
Laboratorio Nacional Los Álamos, con Robert Oppenheimer como miembro
principal, recomendó Kioto, Hiroshima, Yokohama, así como el arsenal en
Kokura como los objetivos posibles. La selección de dichas ubicaciones
se basó en los criterios siguientes:
Eran mayores de 3 millas de diámetro y con blancos importantes en grandes áreas urbanas.
La explosión causaría daño efectivo.
Era
improbable que fueran atacadas en agosto de 1945. «Cualquier objetivo
militar pequeño y estrictamente militar debía estar ubicado en un área
mucho mayor que fuera susceptible al daño por la explosión para evitar
riesgos innecesarios de que el arma se perdiera debido a una mala
colocación de la bomba».
Dichas
ciudades se mantuvieron prácticamente intactas durante los bombardeos
nocturnos llevados a cabo por las Fuerzas Aéreas del Ejército de los
Estados Unidos. Hiroshima fue descrita como «un importante depósito de
armas y un puerto de embarque en el centro de un área urbana industrial.
Es un buen objetivo en el radar y tiene el tamaño suficiente para que
gran parte de la ciudad pueda ser exhaustivamente dañada. Existen
colinas adyacentes que muy probablemente producirán el efecto de
enfocar, lo que seguramente incrementará considerablemente el daño
causado por la explosión. Debido a los ríos no es un buen blanco
incendiario». El objetivo de lanzar la bomba era obligar a Japón a
rendirse incondicionalmente conforme a los términos de la Declaración de
Potsdam. El comité aseguró que los factores psicológicos en la
selección del objetivo eran de gran importancia, especificando como
prioridades:
1. Obtener el mayor efecto psicológico en contra de Japón.
2. Hacer
suficientemente espectacular el uso inicial del arma de tal forma que
fuera reconocida internacionalmente en términos publicitarios cuando
fuera arrojada. Hiroshima tenía la ventaja de tener un mayor tamaño y
con las montañas cercanas enfocando la explosión la mayor parte de la
ciudad sería destruida. El palacio del Emperador en Tokio tenía una
mayor fama que cualquier otro objetivo pero tenía un valor estratégico
menor.
Durante
la Segunda Guerra, Edwin O. Reischauer era el experto para el Cuerpo de
Inteligencia Militar, por lo que erróneamente se le atribuyó la
decisión de no lanzar la bomba sobre Kioto.En su autobiografía,
Reischauer refutó dicha aseveración y aseguró que quien merecía el
crédito de haber salvado dicha ciudad era en realidad Henry L. Stimson,
Secretario de Guerra, de quien se dice que admiraba Kioto por haber
pasado allí su luna de miel, varias décadas atrás.
Mapa que muestra las ubicaciones de Hiroshima y Nagasaki en Japón, lugares donde se usaron las bombas atómicas.
Los
días 10 y 11 de mayo el Comité para la elección de los objetivos en el
Laboratorio Nacional Los Álamos, con Robert Oppenheimer como miembro
principal, recomendó Kioto, Hiroshima, Yokohama, así como el arsenal en
Kokura como los objetivos posibles. La selección de dichas ubicaciones
se basó en los criterios siguientes:
- Eran mayores de 3 millas de diámetro y con blancos importantes en grandes áreas urbanas.
- La explosión causaría daño efectivo.
- Era improbable que fueran atacadas en agosto de 1945. «Cualquier objetivo militar pequeño y estrictamente militar debía estar ubicado en un área mucho mayor que fuera susceptible al daño por la explosión para evitar riesgos innecesarios de que el arma se perdiera debido a una mala colocación de la bomba».
- Dichas ciudades se mantuvieron prácticamente intactas durante los bombardeos nocturnos llevados a cabo por las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos. Hiroshima fue descrita como «un importante depósito de armas y un puerto de embarque en el centro de un área urbana industrial. Es un buen objetivo en el radar y tiene el tamaño suficiente para que gran parte de la ciudad pueda ser exhaustivamente dañada. Existen colinas adyacentes que muy probablemente producirán el efecto de enfocar, lo que seguramente incrementará considerablemente el daño causado por la explosión. Debido a los ríos no es un buen blanco incendiario». El objetivo de lanzar la bomba era obligar a Japón a rendirse incondicionalmente conforme a los términos de la Declaración de Potsdam. El comité aseguró que los factores psicológicos en la selección del objetivo eran de gran importancia, especificando como prioridades:
1. Obtener el mayor efecto psicológico en contra de Japón.
2. Hacer
suficientemente espectacular el uso inicial del arma de tal forma que
fuera reconocida internacionalmente en términos publicitarios cuando
fuera arrojada. Hiroshima tenía la ventaja de tener un mayor tamaño y
con las montañas cercanas enfocando la explosión la mayor parte de la
ciudad sería destruida. El palacio del Emperador en Tokio tenía una
mayor fama que cualquier otro objetivo pero tenía un valor estratégico
menor.
Durante
la Segunda Guerra, Edwin O. Reischauer era el experto para el Cuerpo de
Inteligencia Militar, por lo que erróneamente se le atribuyó la
decisión de no lanzar la bomba sobre Kioto.En su autobiografía,
Reischauer refutó dicha aseveración y aseguró que quien merecía el
crédito de haber salvado dicha ciudad era en realidad Henry L. Stimson,
Secretario de Guerra, de quien se dice que admiraba Kioto por haber
pasado allí su luna de miel, varias décadas atrás.
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